500 goteros en una semana

<p><strong>A lo largo de 5 arduos días de trabajo, un equipo conformado por profesionales de AUPAC de Rosario y la Universidad Nacional de San Luis produjo 500 goteros de aceite de cannabis destinados para el Dispositivo</strong> <strong>Interdisciplinario de Atención Clínica de la Asociación. Una prueba piloto que demuestra la potencialidad del trabajo asociativo.</strong></p> <p>A fines del pasado septiembre, los laboratorios del Instituto de Investigación en Tecnología Química (INTEQUI) recibieron a parte del equipo de la Asociación de Usuaries y Profesionales para el Abordaje del Cannabis (AUPAC). Esta acción, desarrollada en el marco del Programa Cannabis de dicha Universidad se corresponde al objetivo de articular el aporte tecnológico, científico y académico que tiene la institución con el trabajo y conocimiento cotidiano que lleva adelante la Asociación. “<em>En Argentina hay alrededor de 200 asociaciones civiles cannábicas donde muchísima gente vive trabajando y militando, y conoce la planta mejor que nadie. Todo ese conocimiento empírico hay que sumarlo y anexarlo a lo que podamos aportar desde adentro de las instituciones, este know-how de ver cómo podemos mejorar los procesos, estandarizar y hacer los controles de calidad para tener preparados seguros y de calidad”,</em> cuenta el Dr. Francisco Cecati, coordinador del Programa Cannabis de la UNSL y personal de apoyo a la investigación en INTEQUI-CONICET.</p> <p>Dicho Programa se empezó a gestar en 2019 a raíz de una fuerte demanda de usuarios, asociaciones y personal médico sobre la necesidad de generar diferentes instancias de capacitación con respecto al cannabis de uso terapéutico y al cáñamo industrial; cursos de posgrado, diplomaturas, y experiencias de producción como la que referimos en esta nota. Sobre la previa de esta exitosa experiencia, Cecati nos cuenta; <em>“Fue un trabajo muy arduo, partiendo de la logística y los permisos para poder trasladar cerca de 3 kilos de material vegetal seco desde Rosario hasta San Luis. Estuvimos trabajando durante semanas conjuntamente con la Comisión de Extracciones de AUPAC”.</em></p> <p>Poniendo la interdisciplinariedad en juego y realizando un trabajo de producción con las medidas de higiene y seguridad necesarias, garantizando la calidad deseada durante todas las etapas, el equipo logró producir en una semana 500 goteros de aceite de cannabis destinados al Dispositivo Interdisciplinario de Atención Clínica, espacio primordial de trabajo de AUPAC <em>“Hoy en día el dispositivo clínico está conformado por más de 30 profesionales agrupados en tres áreas: clínica, cultivo y extracción. Esa comunidad está conformada por médicxs de distintas especialidades, psicologxs, nutricionistas, técnicxs en química y en alimentos, biotecnologxs, profesores y cultivadores”</em> relatan desde la Asociación, definiendo este dispositivo como un <em>sistema vivo</em>, donde el análisis de los datos del mundo real que se generan en su funcionamiento guían su evolución constante para ajustarse a las necesidades y marcos vigentes.</p> <p>Poder trabajar en las instalaciones del INTEQUI le permitió a AUPAC el acceso a nuevas herramientas y tecnologías de laboratorio, además de experimentar una nueva escala de producción <em>“Utilizamos equipos de filtrado a presión reducida, destiladores rotavapor a distintas escalas, y equipamiento para la esterilización de materiales y ambientes.</em> <em>Al contar con equipos de alta tecnología como los son los equipos de HPLC y RMN, tuvimos la posibilidad de ir analizando cuali y cuantitativamente las resinas y aceites a medida que los íbamos obteniendo, conociendo en tiempo real la naturaleza química y fisicoquímica de lo obtenido”.</em> Los aceites preparados se utilizarán exclusivamente dentro del dispositivo clínico, y de acuerdo a su quimiotipo tendrán diversas aplicaciones: dolor, espasticidad, trastornos del sueño, anorexia, náuseas y vómitos entre otras.</p> <p>Asociaciones como AUPAC vienen dando respuesta hace años a la demanda territorial de acceso al cannabis terapéutico, al mismo tiempo que aportan a la construcción de políticas públicas en materia de cannabis para la salud en el país. En ese sentido, es responsabilidad del Estado darle a las asociaciones cannábicas un lugar en los debates de instancias normativas y también en la cadena de industrialización y producción, donde no sólo existen las grandes empresas monopólicas; <em>“El resultado y el producto que se logre va a ser mejor cuando se trabaje articuladamente, hay muchas ONG que cultivan hace años con sus variedades estabilizadas y suministran esa medicina a un montón de usuarios. El Estado tiene que articular con estas asociaciones y no exigirle lo mismo que a Bayer”</em> plantea Francisco Cecati y agrega; <em>“La forma de ir creciendo es arrancar a baja escala, desde una mirada de investigación y haciendo el trabajo de fitomejoramiento. Estoy muy contento con el cambio de paradigma que se viene dando en el tema cannabis, pero aún quedan muchísimas cosas para mejorar y pulir, es en lo que hay que avanzar”.</em></p> <p>Por otra parte, desde AUPAC plantean que estas formas de articulación entre las organizaciones y los organismos del Estado son una realidad posible y concreta, con una posibilidad de crecimiento proporcional a las acciones que se desarrollen en el territorio; “<em>Las lógicas locales son las que hoy siguen sustentando la mayoría del acceso, y lo que buscamos justamente en este proyecto es aportar calidad y desarrollo”.</em></p> <p>Con un balance más que positivo, esta prueba piloto abre caminos para seguir potenciando el trabajo colaborativo entre las asociaciones civiles, las instituciones y el Estado. Desde ambos espacios, la UNSL y AUPAC se expone la voluntad de seguir multiplicando estas acciones, trasladando la experiencia a otros espacios y replicándola con actores locales y de la región.</p> <p><strong>Foto: <em>Gentileza Programa Cannabis UNSL</em></strong></p>


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